Nuestra misión
Nuestra misión última como scouts y como seres humanos que vivimos en sociedad es generar
un cambio consciente para bien. "Dejen el mundo en mejores condiciones que como lo han encontrado", decía Baden-Powell,
el fundador del movimiento scout o escultismo.
Junto a esto está el cumplimiento de nuestros deberes para con Dios (o dígase Aquél o Aquello en que
creamos y que está por encima de nosotros), para con la Patria y para con nuestro hogar, nuestra familia, nuestros seres
queridos en general.
Nuestra visión
Si en la ruta por construir un mejor mundo, nosotros mismos no somos capaces de hacer mejor nuestro
propio mundo (pasar mejor nuestro tiempo, tener mejores relaciones con los demás, ayudar mejor a quienes comparten nuestro
entorno, dígase nuestra familia o nuestra comunidad), no tiene sentido ser mejores. De ahí el por qué y el cómo del escultismo.
El modo en que los scouts creemos que podemos lograr hacer cambios para bien y fomentar el cumplimiento
de nuestras responsabilidades, es ayudando a moldear el caracter de nuestr@s muchach@s en un ambiente agradable y siempre
de confianza, con actividades como juegos al aire libre, competencias limpias, el contacto con la naturaleza, el trabajo
en equipo y el servicio, donde lo importante es aprender muchas cosas, entre ellas, y quizá una de las más importantes, a
divertirse; así como también dar otras muchas que, con el paso del tiempo, por pura convicción surgen de nosotros de manera
natural.
Nuestro método
El método, en general, se basa en el trabajo en equipo y la convivencia entre personas del mismo
rango de edad. Estos grupos de trabajo reciben distintos nombres, según el rango de edad al que pertenezca el scout.
Entre ellos encontramos la seisena, varias seisenas conforman una manada; la patrulla, varias patrullas componen una
tropa; la unidad, una o varias unidades se suscriben a una comunidad; por último el clan, el cual se conforma de "rovers",
jóvenes con edad entre 17 y 22 años que, si bien trabajan ya de manera más independiente, siguen conviviendo como casi cualquiera
de los casos antes mencionados.
Normalmente cada seisena, patrulla, unidad y clan tiene la capacidad de autorregularse y poner
su propio sistema de trabajo, siempre en la medida de la edad de los jóvenes que las conforman. Por ejemplo, si bien
en una seisena existe una participación de sus integrantes, quienes tendrán entre 7 y 11 años, la participación, especialmente
en las decisiones, será mayor en una unidad, cuyos elementos rondan entre los 14 y los 18, pues ya tienen más experiencia
y, con ella, adquieren más responsabilidades y libertades.
El esfuerzo, empleado en la persecusión de objetivos, se reconoce mediante insignias. Estas insignias
llevan un orden y se van consiguiendo de acuerdo al desempeño y progresión personal, si bien esto no indica una superioridad
como tal ni una división de clases entre los que tienen más y los que tienen menos, únicamente mayor experiencia; es así que
el que sabe más debe enseñar al que sabe menos, ayudarlo, no perjudicarlo.
Nuestra historia
El Grupo II de México fue fundado en 1938 por el Dr. Ángel Calvo, bajo cierto auspicio del Club Leones,
en cuyo honor recibe su nombre la Tropa Scout de nuestro grupo, que en un principio se conformó por las patrullas Venados,
Osos y Panteras. Por las mismas fechas comenzaron a trabajar también las secciones del hoy Clan de Rovers de San Martín
y la Manada de Lobatos Cuculcán.
Durante mucho tiempo estuvo tabajando el Grupo II de México, colocando a lo largo de su historia
a cinco personas en el puesto de Jefe Scout Nacional, siendo el grupo que ha llevado a más a este importante cargo, y siendo
casa esculta de personalidades y talentos como Alfonso Jiménez "La Pitacocha", Roberto Casas, nuestra actual Jefa
de Grupo Denise Rostan con más de cuatro décadas en el escultismo, y Jorge Toral, éste último autor de canciones de tradición
scout como Oh Sari Marés. A lo largo de su historia, distintas personas que pertenecen o han pertenecido al
Grupo II de México, han conseguido premios a nivel nacional por su creacón artística en categorías como poesía y
el tradicional Festival de la Canción.
En fechas más recientes el grupo incorporó secciones femeninas, las cuales no existían ni figuraban
siquiera en la época en que fue fundado. Fue así que se creó la manada de Gacelas, la Tropa Osa Mayor y el Clan de Precursoras
Limershis.
Hasta hace una década, poco más o poco menos, la Ciudad de México era una única y enorme provincia
scout (entidad territorial en las que se agrupan los distritos, éstos a su vez formados por grupos scouts) conocida como Provincia
México. Sin embargo, ésta fue disuelta para conformar varias provincias de entre las cuales hoy perduran diez, entre ellas
la Provincia Coyoacán, a la que nuestro grupo se suscribió al momento de conformarse.
Actualmente el Grupo II de México tiene su local en el Parque Ecoarqueológico Cuicuilco, un lugar
privilegiado, el primer centro ceremonial de importancia en el centro del país y la ciudad más importante de su momento
en todo el continente. Actualmente está rodeado de una infraestructura comercial, deportiva y cultural de tinte moderno,
y relativamente cerca de algunas de las reservas ecológicas más importantes de la Ciudad de México. Encontramos las plazas
comerciales Perisur, Cuicuilco, Loreto y Gran Sur; el parque de diversiones Six Flags México; los museos Soumaya, Muca,
Universum y el museo de sitio de Cuicuilco; el Jardín Botánico de la UNAM; el Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria
y la Ruta de la Amistad conmemorativa de los juegos olímpicos México 68; las instalaciones deportivas de Villa Olímpica y Ciudad
Universitaria, destacando por su importancia el Estadio Olímpico Universitario, casa de los Pumas de la UNAM; los complejos
coloniales del Centro de Tlalpan; el Bosque de Tlalpan, su Casa de Cultura y sus pistas y circuitos; la coordillera del Ajusco
y sus parques ejidales y reservas ecológicas; esto entre otros atractivos y manifestaciones culturales.
A sus 67 años, el Grupo II de México se perfila como uno de los posibles pioneros en un escultismo
progresista en la Ciudad de México, debido a su actividad en distintos ámbitos del escultismo, su método y la dinámica que existe entre
sus miembros aún fuera de actividad y sin el uniforme puesto.
Todavía nos falta mucho, pero cada vez un poco menos.
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